Castillo de Piria

Emplazado al norte de la ciudad de Piriápolis, el famoso Castillo de Piria fue la mítica residencia de Francisco Piria, fundador del balneario. Se terminó de construir el 17 de agosto de 1897 y es un paseo imperdible por la belleza de su entorno, su riqueza histórica y las cientos de leyendas que guarda.
Ubicación
Para llegar hay que transitar por la Avenida José Gervasio Artigas y seguir de espaldas al mar hasta toparse con el acceso al castillo a mano derecha. Viniendo desde la ruta interbalnearia, debemos doblar por la ruta 37 que se convierte en la Avenida Artigas. Desde la Terminal de Piriápolis hay buses locales que pasan por la entrada del Castillo (consultar horarios al 4434 9253).
Los detalles están por todas partes.
Historia
Francisco Piria compró 2.700 hectáreas en el año 1890, y allí comenzó a construir el castillo, diseñado por el ingeniero Aquiles Manzari. Sirvió de residencia para el fundador de Piriápolis, y luego de su muerte pasó a manos de los hijos de Adela Piria de Izzola, administrado por el Arq. Albérico Izzola Piria. En 1975 la propiedad fue vendida a la familia Comas Amaro, y se convirtió en un local bailable llamado “La Boite de los Espectros” a cargo del reconocido artista plástico uruguayo Carlos Páez Vilaró, creador de Casapueblo.
Estuvo destinado también como residencia presidencial, pero nunca llegó a ser utilizado para esos fines… y supo ser también la sede de congresos de poesía . En 1980 pasó a manos de la Intendencia de Maldonado, y desde 1984 es considerada Monumento Histórico Nacional.
El Castillo en plena construcción
Recorrido
Ya desde la Ruta puede apreciarse el portal de entrada simulando dos torres. Al final del camino de acceso, bordeado por palmeras, se deja ver la construcción al final en línea recta. El castillo está rodeado de un jardín donde en otros tiempos había varias esculturas de terracota, y a pesar del aspecto medieval en su arquitectura, su diseño a cargo del ingeniero Aquiles Monzani imita las villas italianas de finales del siglo XIX.
Hoy el castillo funciona como un museo municipal que se puede visitar con entrada libre. El recorrido incluye las dos plantas del palacio, que guardan mobiliario y varios objetos de la época. Sin embargo, no son las piezas originales ni tampoco están dispuestos como se encontraban en la época en la que Piria habitaba el castillo, así que recomendamos al visitante no buscar mucho rigor histórico.
Una de las estatuas que rodea la construcción
Piria y la alquimia
Quienes estén interesados en la alquimia encontrarán muchas referencias a esta práctica recorriendo el castillo, ya que Piria era aficionado a esta tradición. Al visitar el museo, hay que poner especial atención a los capiteles de las columnas exteriores, donde se aprecian figuras talladas que pueden asociarse con la simbología alquímica. Las estatuas que ya no están (solo quedan las bases donde ellas descansaban, y los perros que actualmente custodian la puerta de entrada), también tenían estrechos vínculos con la tradición alquímica y con la mitología griega. Ambas formaban parte de la cultura que Francisco Piria pudo absorber en sus años de estudio en Italia desde su niñez hasta los 16 años.
A tener en cuenta
No tiene visita guiada que dé al turista más información sobre el lugar. Se puede visitar toda la planta baja, y una habitación ubicada en el primer piso que tiene ambientación de época.
El Castillo y su entorno podrían estar más cuidados. Sin embargo, sigue siendo un emblema de la historia y la arquitectura de Piriápolis que vale la pena conocer.
El horario de visitas fuera de temporada es de 10:00 a 17 hrs, todos los días, y en temporada se extiende hasta más tarde. La entrada al castillo no tiene costo.